Ya sabemos que esto de elegir una empresa de alquiler de fotomatones no es cualquier cosa. De hecho, las cosas se hacen bien y con sumo cuidado para no meter la pata.

Así, hace unos años, en 2016 concretamente, la prensa se hizo eco del caso de una presunta empresa de alquiler de fotomatones de Barcelona que recibió un total de 38 denuncias y consumó una estafa cercana a los 40.000 euros.

Además, la estafa se perpetró a nivel nacional y los afectados procedían de toda la geografía.

¿Su modus operandi? Pues muy sencillo, ofrecían sus servicios con un buen descuento, se les contrataba e incluso se les adelantaban el dinero y llegado el día, no aparecían por la boda, comunión o lo que fuese. Así de secillo. Tras el inquietante plantón, los interesados intentaban contactar y recuperar de esta manera su dinero, pero nadie descolgaba el teléfono.

Por supuesto, el problema no es solo el dinero perdido, sino la ilusión de unos contrayentes, de una familia o de un niño que no se merecen que este gran acontecimiento de su vida se enturbie por semejante fechoría.

Por lo tanto, a la hora de contratar este servicio, empápate bien de la profesionalidad de la empresa en la que depositas no solo tu dinero, sino también tus ilusiones –que no son pocas–.

Ten presente que todo debe ir como la seda en ese día, así que no te la juegues confiándote a una empresa de la que careces de referencias. Sinceramente, en estos tiempos de internet, la reputación online está más que visible y es fácil indagar acerca de una empresa, ya sea de alquiler de fotomatones u otro servicio.

Así, cuando llegue el gran día solo te tendrás que preocupar de decir patata y salir guapo o guapa en la instantánea, que no es cualquier cosa…, ¿no te parece?