Quizás desconozcas que esto de los fotomatones no son solo asunto de humanos, pues también a los perros les encanta posar en una de estas cabinas.
Al menos a esa conclusión llegarás si te topas con el libro de la fotógrafa Lynn Terry, reconocida por su talento fotográfico pero también por su amor a los canes. Ambas pasiones –la fotográfica y canina– se aúnan perfectamente en su libro ‘Tails from the booth’, donde numerosos perros se retratan de una manera muy divertida.
Fotos de un dúo canino, tres perros que parecen amigos de fechorías, un perro viejo en compañía de un irrespetuoso cachorro, otro en compañía de su queridísima dueña… El libro de Terry es toda una oda al amor canino.
Pero no te creas que es tan raro encontrar fotomatones concebidos para un público eminentemente canino. En este sentido, te sorprenderá saber que muchos dueños acuden a estas cabinas fotográficas ya sea por diversión o para el pasaporte del can.
Así, no les falta de nada, pues incluyen un asiento ajustable con forma de cesta para que el perro esté a sus anchas, altavoces para reproducir ruidos para desconcertar a los perros y que éstos pongan caras divertidas para regocijo de los dueños que no pierden detalle desde el exterior.
Lo cierto es que los fotomatones llaman la atención y retratan de una manera impagable a todos sin excepción (ya sean seres humanos o canes). Conscientes de esto, la Sociedad Protectora de Animales de Utah, (Estados Unidos) quiso despertar el interés y la solidaridad de sus vecinos a través de un fotomatón para sus animales. ¡Y lo consiguió! Sí, pues muchos de estos animales consiguieron dueño gracias a esta divertida propuesta.
Por lo tanto, cuando te nombren un fotomatón no pienses solo en clave humana, pues los perros tienen mucho desparpajo ante un fotomatón. Palabra de empresa de alquiler.